La Anunciación de la Santísima Virgen María

La Anunciación de la Santísima Virgen María

La Anunciación de la Santísima Virgen María es uno de los momentos más altos y evocadores de la religión cristiana católica. Su valor simbólico y espiritual es inmenso, ya que representa el instante exacto en el que Dios tiende la mano a los hombres y les ofrece una segunda oportunidad con la encarnación milagrosa de su Hijo en el vientre puro y virgen de María.

El anuncio de hecho está dirigido por el arcángel Gabriel a María acerca de su próximo embarazo. Se divulga en los evangelios de Lucas y Mateo (en este último la Anunciación se dirige a José, esposo de María, y tiene lugar en un sueño).

Así es como comienza la aventura de Jesús entre los hombres, su misión de amor y esperanza, de salvación para los que darán la bienvenida a su mensaje. Es la primera vez en la historia de las religiones, que un Dios deliberadamente elige convertirse en hombre, para tomar sobre sí el peso de la carne, y todo esto por un gesto de puro, absoluto amor.

En la Anunciación a María se cumple la alianza, como se había prometido a los profetas en el Antiguo Testamento. La fecha en que se celebra la Anunciación, el 25 de marzo, era una fecha simbólica para el cristianismo y muchas otras fiestas se celebraban en este mismo día. El diálogo entre el Ángel y María se convirtió en el Avemaría, una de las oraciones más importantes y extendidas del cristianismo, sólo comparable al Padre nuestro.

La Anunciación no es sólo una Fiesta Mariana, aunque con el tiempo se han creado innumerables obras de arte para celebrarla. Pinturas de los maestros inmortales y estatuas de la Virgen cuentan en todo el mundo este momento milagroso, en el cual el Verbo se hizo carne, y lo hace a través de una mujer joven de Galilea. Algunas estatuas de la Virgen representan el momento exacto de la Anunciación y Encarnación. Representan María en actitud humilde y de oración, con las manos cruzadas sobre el regazo o en el pecho, mientras que pronuncia el “fiat” con el cual aceptará su destino y marcará el destino de todos los hombres a partir de ese momento en adelante.