Bula de convocatoria del Jubileo 2025: ¡he aquí de qué habla!

Bula de convocatoria del Jubileo 2025: ¡he aquí de qué habla!

El 9 de mayo de 2024, Papa Francisco leyó la Bula de convocatoria del Jubileo 2025 titulada Spes non confundit. He aquí lo que contiene y en qué argumentos se detiene

El Jubileo 2025 está cada vez más cerca, y tratamos de estar preparados. ¿Y has consultado el Calendario del Jubileo, con todos los acontecimientos imperdibles que tendrán lugar en Roma y en el mundo?
¿Has organizado una peregrinación, tal vez el famoso Recorrido de las Siete Iglesias? ¿O simplemente te estás preparando con la Oración Especial del Jubileo? Hoy descubrimos más sobre la Bula de Indicción del Jubileo, el documento con el que Papa Francisco abrió oficialmente el Jubileo de 2025. En efecto, el Jubileo fue anunciado por el Santo Padre con la lectura de la Bula titulada Spes non confundit, el 9 de mayo de 2024, durante una solemne ceremonia en el atrio de la Basílica de San Pedro del Vaticano. El título de la Bula significa “La esperanza no defrauda”, y el documento establece las directrices y las intenciones espirituales para el Año Santo 2025, llamando a los fieles de todo el mundo a vivir un período de renovación y reconciliación.

El calendario de los eventos del Jubileo 2025

Te puede interesar:

El calendario de los eventos del Jubileo 2025
Se ha publicado el calendario de los eventos del Jubileo 2025, doce meses de eventos y ocasiones para profundizar…

Pero, ¿qué es la Bula de Convocatoria del Jubileo?
Más en general, con Bula papal se indica un documento oficial del Papa, emitido en forma escrita por la Curia romana y caracterizado por el sello del Pontífice. Precisamente del sello metálico, la bula, deriva el nombre de todo el documento.
La Bula Papal de Convocatoria es el documento oficial emitido por el Papa para anunciar y sancionar el inicio de un Jubileo. La Bula contiene información detallada sobre las modalidades, objetivos y condiciones para vivir plenamente el periodo jubilar y obtener indulgencias durante el Jubileo. El primer Jubileo oficial fue convocado por Papa Bonifacio VIII en 1300 con la Bula de convocatoria Antiquorum habet. Desde entonces, cada Jubileo ordinario, que se celebra cada 25 años, y los Jubileos extraordinarios, se anuncian con una Bula. Este documento no sólo anuncia la fecha de inicio y fin del Jubileo, sino que también invita a los fieles a la penitencia, la oración y la caridad. La Bula papal se identifica por sus palabras iniciales.

Indulgencia plenaria

Te puede interesar:

Indulgencia plenaria: significado, orígenes y cómo obtenerla
¿Qué es la indulgencia plenaria? Hablemos de por qué el Papa Francisco lo concedió a quienes…

El calendario del Jubileo

El Jubileo Ordinario de 2025 comenzará el 24 de diciembre de 2024 con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Las otras Puertas Santas, de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros, se abrirán en las semanas siguientes y se cerrarán el 28 de diciembre de 2025.
El 29 de diciembre de 2024, en todas las catedrales y concatedrales, los obispos diocesanos celebrarán la solemne apertura del Año jubilar. La peregrinación de una iglesia a la catedral representará el camino de esperanza de los creyentes, y les dará la oportunidad de disfrutar de la Indulgencia Jubilar.

El Jubileo Ordinario terminará con el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro el 6 de enero de 2026, Epifanía del Señor. La Iglesia, con este Jubileo, espera difundir la luz de la esperanza cristiana y dar testimonio del amor de Dios en todo el mundo. El nuevo Jubileo ofrecerá la experiencia viva del amor de Dios, la esperanza cierta de la salvación en Cristo. Este Año Santo marca el camino hacia 2033, cuando se celebrarán los dos mil años de la Redención de Cristo.

puerta santa

Te puede interesar:

La Puerta Santa: qué es y qué representa su apertura
La apertura de la Puerta Santa marca el inicio del Jubileo, pero también representa un símbolo…

La esperanza no defrauda

«La esperanza, pues, no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado». (Romanos 5)

Con estas palabras, el Apóstol Pablo infunde valor a la comunidad cristiana de Roma, y la esperanza se convierte en el mensaje central del próximo Jubileo, como reza el lema escrito bajo el logotipo oficial: Peregrinos de la esperanza. Así Papa Francisco ha querido dirigirse a todos los peregrinos que participarán en el Jubileo 2025, no sólo a los que vendrán a Roma, sino también a todos los que celebrarán el Año Santo en sus Iglesias locales y sobre todo en sus corazones. Porque todos esperan, la esperanza es un sentimiento universal que reside en el corazón de cada persona como deseo y expectativa de bien, a pesar de la incertidumbre del futuro. Muchos, de hecho, abordan el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles la felicidad. Por eso, la Bula de Convocatoria del Jubileo contiene ya en sí misma el mensaje fundamental de este Año Santo que está a punto de llegar, un mensaje de esperanza, una invitación a encontrar en la fe la confianza y el optimismo necesarios para afrontar el futuro.

El significado del logo del Jubileo 2025 Peregrinos de esperanza

Te puede interesar:

El significado del logo del Jubileo 2025: Peregrinos de esperanza
Se presentó el logo del Jubileo 2025, elegido entre casi trescientas…

La imagen del ancla utilizada en el Logotipo del Jubileo 2025 representa la estabilidad y la seguridad de la esperanza cristiana. El próximo Jubileo será un Año Santo caracterizado por la esperanza en Dios, expresada a través de la confianza en la Iglesia y en la sociedad. El testimonio creyente debe ser fermento de esperanza en el mundo, a la espera del regreso del Señor Jesucristo.
Jesús muerto y resucitado es el núcleo de la fe y la esperanza cristianas. San Pablo lo describe en pocas palabras: Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó y se apareció a los discípulos. Este acontecimiento ofrece la certeza de la transformación de la vida gracias a Cristo.
Los mártires cristianos de todas las épocas dan testimonio de la esperanza con su sacrificio. Representan la unidad ecuménica de la sangre y su ejemplo inspira a los creyentes a mantener viva la esperanza.
El juicio de Dios, basado en el amor y la misericordia, no debe infundir miedo, sino esperanza. Este juicio tiene por objeto la salvación y la purificación necesarias para el encuentro definitivo con Dios. La oración por los difuntos y la indulgencia jubilar son expresiones de esta esperanza de misericordia.
María, Madre de Dios, es el máximo ejemplo de esperanza.
Incluso en los momentos de sufrimiento, como al pie de la cruz, mantuvo su confianza en Dios. Los santuarios marianos de todo el mundo siguen siendo lugares de acogida y generación de esperanza para los peregrinos.

Apariciones Marianas

Te puede interesar:

Apariciones Marianas en el mundo: las 10 más importantes
Los numerosos nombres con los que los cristianos se dirigen a la Virgen también se derivan en gran medida…

Justificados por fe y en paz con Dios

«Justificados, pues, por fe, nosotros estamos en paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por medio de él tenemos también acceso, mediante la fe, a esta gracia en la que estamos y nos gloriamos, firmes en la esperanza de la gloria de Dios. […] La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado» (Rm 5,1-2.5).

Así continúa San Pablo su Carta a los cristianos de Roma, a quienes se dirige por primera vez, después de haber llevado a cabo su obra de evangelización en Oriente. La Carta a los Romanos representa un verdadero mensaje universal de esperanza, la esperanza de Pablo de llevar el Evangelio a Roma y la esperanza de todo cristiano fundada en el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo y que, por tanto, nunca defrauda, sino que sigue siendo una guía segura para todos los fieles en su camino de fe. Todos nosotros, seguidores de Cristo, estamos justificados y en paz con Dios, y este estado de gracia nos permite estar firmes en la esperanza. La esperanza cristiana se fundamenta en la fe en la vida eterna. En Cristo resucitado, la historia humana no termina en un punto ciego, sino que se orienta hacia el encuentro con el Señor. Jesús muerto y resucitado es el núcleo de la fe y la esperanza cristianas. San Pablo describe este concepto en pocas palabras: Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó y se apareció a los discípulos. Este acontecimiento ofrece la certeza de la transformación de la vida gracias a Cristo.

La importancia del Espíritu Santo

«Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más ahora, estando reconciliados, seremos salvos por su vida» (Rm 5,10). La vida de todo cristiano está ligada a Cristo desde el Bautismo, que establece el inicio de su vida de fe, y es la acción del Espíritu Santo la que renueva y hace inquebrantable la esperanza en la salvación que Jesús representa. El Espíritu Santo mantiene encendida esta llama inagotable, dándonos fuerza, valor, en cada coyuntura de nuestra vida, manteniendo viva en nosotros la conciencia cristiana y la esperanza de que nada ni nadie podrá separarnos jamás del amor divino, ni siquiera las peores tribulaciones. Gracias a esta esperanza que no falla ante las dificultades y que se alimenta constantemente de la fe y de la caridad, el cristiano sigue haciendo de las tres virtudes teologales –Fe, Esperanza y Caridad– el motor de su existencia. El Apóstol Pablo nos invita a estar “alegres en la esperanza, constantes en la tribulación, perseverantes en la oración” para dar testimonio creíble de fe y amor.

Los 7 dones del Espiritu Santo cuales son y su significado

Te puede interesar:

Los 7 dones del Espíritu Santo: cuáles son y su significado
Los dones del Espíritu Santo hacen al hombre dócil para seguir las inspiraciones divinas y cualifican su relación…

La paciencia y el regreso a la Naturaleza

«Nos gloriamos incluso en la tribulación, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia una virtud probada, y la virtud probada esperanza» (Rm 5,3-4)

San Pablo reconoce que la vida reserva a todos alegrías y penas, que el amor se pone a prueba en las dificultades y que el sufrimiento derriba la esperanza, pero recuerda a los cristianos de Roma que precisamente ante las tribulaciones los cristianos pueden recurrir a un arma poderosa: la paciencia. La paciencia es una virtud rara, sobre todo en el mundo moderno, donde todo corre demasiado deprisa, y donde cada vez más a menudo la prisa y los ritmos frenéticos provocan impaciencia, nerviosismo e insatisfacción, pero es precisamente cultivándola, y redescubriendo la profunda conexión con la naturaleza, con sus ritmos y el cambio de las temporadas, como podemos encontrar la paz. Papa Francisco, en la Bula de Convocatoria, cita también a San Francisco, que en su Cántico de las Criaturas invocó a la fraternidad entre todas las criaturas de la creación.

San Pablo insiste en la paciencia para destacar la perseverancia y la confianza en las promesas de Dios. Dios mismo es paciente con nosotros, como «el Dios de perseverancia y de la consolación» (Rm 15,5). La paciencia, don del Espíritu Santo, mantiene viva la esperanza y la consolida como virtud y estilo de vida.
Papa Francisco nos invita a aprender a pedir con frecuencia la gracia de la paciencia, que nace de la esperanza y la sostiene. Redescubrir la paciencia es beneficioso para nosotros y para los demás, ayudándonos a vivir con mayor serenidad y confianza en las promesas de Dios.

San Francisco

Te puede interesar:

El cántico de las criaturas de San Francisco
San Francisco de Asís es uno de los santos más queridos y venerados de la Iglesia Católica. Cercano a los pobres…

El Jubileo como camino cristiano: la importancia de la peregrinación

San Pablo subraya cómo la esperanza y la paciencia son fundamentales en el camino cristiano. La vida es un camino que requiere momentos fuertes para alimentar la esperanza, compañera indispensable hacia el encuentro con Jesús. En este sentido, la peregrinación se confirma también como elemento central de los acontecimientos jubilares, símbolo de la búsqueda del sentido de la vida. El camino favorece el redescubrimiento del silencio, del esfuerzo y de la esencialidad. Los peregrinos de la esperanza recorrerán rutas antiguas y modernas para vivir la experiencia jubilar, visitando itinerarios de fe en Roma y más allá, cruzando fronteras y descubriendo culturas diferentes. En particular, las iglesias jubilares de Roma se abrirán durante el Jubileo como oasis de espiritualidad, donde los peregrinos podrán encontrar refrigerio para el alma y acercarse al sacramento de la Reconciliación, punto de partida de un verdadero camino de conversión. Se pondrá especial cuidado en preparar a los sacerdotes y a los fieles para las Confesiones.

Signos de Esperanza

Pero no basta con encontrar la esperanza en uno mismo. La Iglesia está llamada a interpretar los signos de los tiempos a la luz del Evangelio, reconociendo el bien presente en el mundo y transformando estos signos en signos de esperanza. El Jubileo es una oportunidad para que todos seamos signos tangibles de esperanza, respondiendo con amor y concreción a las necesidades de los más vulnerables y construyendo un futuro mejor para todos. Pero, ¿cuáles son esos signos? Son muchos y variados, porque el mundo en que vivimos no es fácil y nos somete cada día a pruebas terribles.
La paz debe ser el primer signo de esperanza. La humanidad, ignorando los dramas del pasado, sigue sufriendo la violencia. El Jubileo exige proyectos concretos de paz y un compromiso diplomático valiente y creativo.
La esperanza requiere también una visión entusiasta del futuro, y el futuro necesita nuevas vidas para existir. Promover una maternidad y una paternidad responsables es crucial. La comunidad cristiana debe apoyar una alianza social por la esperanza, fomentando el nacimiento de nuevos niños incluso en contra de los factores sociales que provocan su disminución.

Una vez más, el Jubileo invita a acciones que devuelvan la esperanza a los presos, proponiendo formas de amnistía y vías de reinserción. La Iglesia pide dignidad y respeto de los derechos humanos, incluida la abolición de la pena de muerte.
Los enfermos, en casa o en el hospital, deben encontrar alivio en la cercanía de las personas y en las obras de misericordia, que despiertan esperanza y gratitud. Se necesitan cuidados inclusivos y solidarios para quienes sufren discapacidades o enfermedades.
Los jóvenes, a menudo desilusionados por las incertidumbres del futuro, deben ser apoyados. El Jubileo es una oportunidad para renovar el compromiso con ellos, ayudándoles a superar la melancolía y los riesgos de comportamientos autodestructivos.
Los migrantes, en búsqueda de una vida mejor, deben ser acogidos con dignidad y responsabilidad. La comunidad cristiana debe defender sus derechos, garantizándoles seguridad, empleo y educación.
Los ancianos, a menudo solos y abandonados, deben ser reconocidos como tesoros de experiencia y sabiduría. La comunidad cristiana y la sociedad civil deben trabajar juntas por una alianza entre las generaciones.
Se necesitan esfuerzos concretos para abordar la pobreza generalizada. Los pobres no deben ser vistos como daños colaterales, sino como víctimas a las que hay que apoyar y ayudar.

Llamamiento del Papa a la esperanza

Además de reconocer los signos de esperanza, la Iglesia debe actuar de manera activa y práctica para ofrecer soluciones concretas al malestar y la necesidad que esos signos revelan. El Jubileo es una invitación a redescubrir la esperanza a través de la justicia social, la unidad de los cristianos y la generosidad hacia los más necesitados. La Iglesia está llamada a ser un signo tangible de esperanza, trabajando por un mundo más justo y solidario.
El Jubileo subraya que los recursos de la Tierra deben compartirse equitativamente. Es esencial que los ricos sean generosos y ayuden a los necesitados. En particular, es escandaloso que tantas personas sigan pasando hambre hoy en día. Se propone la creación de un Fondo Mundial para eliminar el hambre y desarrollar los países pobres, utilizando los fondos destinados a gastos militares.
Las naciones ricas deben condonar las deudas de los países pobres, reconociendo la injusticia histórica y la deuda ecológica entre el Norte y el Sur. Esto se considera un paso necesario para reparar la injusticia y promover la paz.
El próximo Jubileo coincide con el 1700° aniversario del Concilio de Nicea, acontecimiento fundamental para la unidad de la Iglesia y la definición de la fe cristiana. Este aniversario ofrece una oportunidad para reforzar la unidad entre los cristianos y responder a la llamada a la evangelización.
El Jubileo de 2025 representa una oportunidad para que los cristianos de Oriente y Occidente unifiquen la fecha de la celebración de la Pascua, superando las divisiones históricas y respondiendo al deseo de unidad expresado por Jesús.