Las frases más bellas sobre la Paz del Papa Francisco

Las frases más bellas sobre la Paz del Papa Francisco

En este particular y dramático momento histórico, las frases del Papa Francisco sobre la Paz representan un faro de esperanza para toda la cristiandad

Nunca, como en estos últimos días, se siente la necesidad de palabras que inspiren paz y amor. Ya que la Pascua está cerca, y ninguna fiesta cristiana narra de manera más conmovedora y solemne el inmenso sacrificio de amor de un solo Hombre, que se inmoló para dar esperanza a la humanidad entera, que hizo de Su cuerpo y de Su sangre el instrumento y el símbolo de paz entre Dios y el hombre, emblema de una nueva alianza. Pero si hoy queremos citar las frases sobre la Paz del Papa Francisco, es también porque el conflicto que se está desarrollando en Ucrania ha despertado poderosamente en nosotros, por una parte, la conciencia del dolor que conlleva la guerra en todas sus formas y, por otra, el deseo desbordante de oponer a la violencia y a la barbarie palabras de amor y de esperanza.

Que Dios es amor lo aprendemos desde pequeños, cuando nos enseñan la historia de Jesús y Su sacrificio. Pero Dios es también paz, un Dios de paz que aborrece la violencia en todas sus formas y predica el amor y la misericordia entre los hombres. Todas las Sagradas Escrituras están llenas de invocaciones a la paz, de promesas de paz, una paz que se remonta a la perfección del Edén, al Paraíso querido por Dios para Sus hijos predilectos, cuando aún estaban sin pecado. “El lobo habitará con el cordero, y el leopardo se recostará con el cabrito. El ternero y el cachorro del león crecerán juntos, y un niño pequeño los conducirá” (Isaías 11,6-7) leemos en Isaías, y en esta visión hay ya todo el sentido de un mundo que siempre ha estado buscando desesperadamente la paz, e igualmente siempre desgarrado por la guerra.

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Jesús ha predicado el amor y la paz en el tiempo de Su corta vida mortal. «La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da, yo se la doy a ustedes» (Juan 14,27) dice a sus Apóstoles la noche de Pascua, y no se trata de vanas palabras de augurio, sino de un anuncio real, que preanuncia la Salvación.

Pero ¿cómo se consigue la Paz? Con coraje, voluntad y espíritu de sacrificio, no sólo por parte de los poderosos de la Tierra, sino de cada individuo, en cada nación. «Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5,9), y, en efecto, el sentido de estas palabras resuena en las frases sobre la paz del Papa Francisco, y en las desesperadas exhortaciones que el Santo Pontífice dirige en estos momentos a todos los hombres para que pongan fin a todos los conflictos. Las frases contra la guerra pronunciadas por el Papa y sus oraciones por la paz en el mundo son emblemáticas del terrible momento histórico que estamos viviendo.

Frases sobre la Paz del Papa Francisco

A principios del año, el Papa Francisco había pronunciado su invitación a la fraternidad y la solidaridad entre todos los pueblos en sus intenciones de oración para 2022. Ni siquiera a propósito, hoy nos encontremos hablando de la guerra, presenciando imágenes impactantes que difunden a diario los medios de comunicación, escenas que nos cuesta reconocer como posibles entre las personas de nuestro tiempo. Sin embargo, la guerra no es sólo la que se está librando ahora entre Rusia y Ucrania. En todo el mundo siempre ha habido combates, hay países desgarrados por guerras civiles interminables, donde viven niños y jóvenes que no han conocido otra cosa que la guerra en sus cortas vidas. También por eso, por todas las guerras que desgarran el mundo y hacen a la humanidad miserable a los ojos de Dios, la exhortación del Pontífice a la fraternidad y al amor resuena más actual y desesperada que nunca, porque no cabe duda de que el mundo de hoy necesita más que nunca la fraternidad humana y la compasión, y todos estamos llamados a participar activamente para que estas virtudes emerjan y se impongan sobre el interés económico y la ambición de unos pocos.

He aquí solamente algunas de las frases sobre la paz en el mundo pronunciadas por el Papa Francisco durante los años de su vicariato apostólico:

“Para conseguir la paz, se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra. Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no a la doblez. Para todo esto se necesita valor, una gran fuerza de ánimo.”

“La paz no es sólo ausencia de guerra, sino una condición general en la cual la persona humana está en armonía consigo misma, en armonía con la naturaleza y en armonía con los demás. Esto es la paz. Sin embargo, hacer callar las armas y apagar los focos de guerra sigue siendo la condición inevitable para dar comienzo a un camino que conduce a alcanzar la paz en sus diferentes aspectos.”

“De cada tierra se eleve una única voz: ¡no a la guerra, no a la violencia, sí al diálogo, sí a la paz! Con la guerra siempre se pierde. ¡El único modo de vencer una guerra es no hacerla!”

“El deseo de paz, de seguridad y estabilidad es uno de los deseos más profundos del corazón humano, puesto que está arraigado en el Creador, que hace a todos los pueblos miembros de la familia humana. Esta aspiración jamás puede ser colmada solamente por los medios militares, y mucho menos por la posesión de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva.”

“La guerra conlleva destrucción y multiplica los sufrimientos de las poblaciones. Esperanza y progreso llegan sólo con elecciones de paz.”

“Lanzo un llamamiento a todos los que empuñan injustamente las armas de este mundo: Depongan estos instrumentos de muerte; ármense más bien con la justicia, el amor y la misericordia, garantías de auténtica paz.”

“Quien hace la guerra olvida a la humanidad. No parte de la gente, no mira la vida concreta de las personas, sino que antepone a todos los intereses de parte y de poder. Confía en la lógica diabólica y perversa de las armas, que es la más alejada de la voluntad de Dios. Y se distancia de la gente común, que desea la paz, y que en todo conflicto es la verdadera víctima que paga sobre su propia piel las locuras de la guerra.”

“Dios está con los operadores de paz, no con quien emplea la violencia.”

“Poner fin a la guerra es el deber impostergable de todos los líderes políticos ante Dios. La paz es la prioridad de cualquier política. Dios le pedirá cuentas a quienes no han buscado la paz o han fomentado las tensiones y los conflictos durante tantos días, meses y años de guerra que han pasado y que han golpeado a los pueblos.”

“La paz se basa en el respeto de cada persona, independientemente de su historia, en el respeto del derecho y del bien común, de la creación que nos ha sido confiada y de la riqueza moral transmitida por las generaciones pasadas.”

Las palabras del Papa Francisco sobre la guerra en Ucrania

El viernes 25 de marzo de 2022, día de la celebración de la Anunciación del Ángel a María, o Anunciación del Señor, el Papa Francisco respondió a la guerra y a los horrores que conlleva con una invitación a todos los hombres a volver a Dios y a Su perdón, ya que nosotros solos no somos capaces de decidir lo que es bueno para todos los hombres, sino que, guiados por el amor, la bondad y la misericordia de Dios, podemos elegir el camino hacia la paz y el amor.

No es casualidad que el Papa haya elegido precisamente el día en que se celebra la Anunciación, ya que podemos considerar este acontecimiento como una precisa e ineludible llamada al diálogo constante entre Dios y el hombre. Al enviar al Ángel a María, para pedirle que consienta en el trascendental y dolorosísimo papel que le tiene reservado, Dios está ofreciendo a toda la humanidad la posibilidad de aceptar o no tener parte en la venida del Reino de los Cielos. Dios, que es amor, no impone, no obliga: ofrece una posibilidad, deja al hombre la facultad de elegir, con plena conciencia de nuestra fragilidad e incapacidad de ver más allá de nuestros miserables asuntos. Y María, una joven animada solamente por la fe, abraza su propio destino y acoge en sí al Espíritu Santo, para convertirse en Madre de Dios y símbolo de la humanidad que se confía a Dios, con confianza ciega y voluntad de aportar su propia contribución.

Al Inmaculado Corazón de María, Reina de la Paz, el Papa quiso consagrar a la humanidad, especialmente a Rusia y Ucrania. Lo hizo recordando las apariciones de Nuestra Señora de Fátima en 1917, cuando la Virgen pidió a los jóvenes videntes que la ayudaran a conjurar la amenaza comunista procedente de Rusia consagrando Rusia a su Inmaculado Corazón: «Para impedirla, vendré a pedir la Consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se atienden Mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre Me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.» El Papa quiso leer en el relato de las apariciones de Fátima una visión profética de los días que estamos viviendo y aceptó la petición de Nuestra Señora de la Paz.

Oración del Papa Francisco por la Paz

De nuevo para contrarrestar la guerra en Ucrania, el Papa dedicó esta oración por la paz en el mundo a Nuestra Señora, un auténtico Acto de consagración al inmaculado corazón de María, cuya presencia nos devuelve la paz y nos conduce a Jesús, el Príncipe de la paz. Un pasaje en particular merecería ser repetido por todo cristiano, en estos días oscuros, con la humildad de un hijo que invoca a una madre infinitamente misericordiosa, consciente de que sólo en ella reside la salvación:

Acoge, oh Madre, nuestra súplica.
Tú, estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.
Tú, arca de la nueva alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación.
Tú, “tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.
Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.
Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.
Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.
Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.
Reina de la paz, obtén para el mundo la paz.