Cómo celebran la Navidad las familias reales

Cómo celebran la Navidad las familias reales

La Navidad es quizás la fiesta familiar por excelencia. Pero hay familia y familia. ¿O no? ¿Cómo celebran la Navidad las familias reales, por ejemplo? ¿Sus tradiciones son las mismas en las que nos entregamos, cómo decorar el árbol y abrir los regalos?

¡Los Reales ingleses, como siempre, demuestran ser muy, muy leales al protocolo! Sus Fiestas están marcadas por compromisos precisos e ineludibles, que involucran a todos y requieren un ritual riguroso.

Los regalos se intercambian el 24, no el 25, por voluntad de la soberana, y no deben ser excesivamente lujosos. Las festividades comienzan a partir de la tarde de la Vigilia, cuando toda la Familia Real se reúne en la residencia real de Sandringham para tomar el té y los niños terminan de decorar el suntuoso árbol de Navidad de unos 18 metros de altura. Para llegar a Sandringham, la Reina Isabel viaja en un tren común, como cientos de pasajeros hacen todos los días, obviamente escoltada por sus guardaespaldas. El día de Navidad, misa para toda la familia.

Los Windsors acuden a la iglesia de Santa María Magdalena para una misa privada y luego también presiden la oficial de las 11, donde también están presentes los súbditos.

Almuerzo en Sandringham, con pavo y caza, y al final  se escucha el discurso de la Reina transmitido por la televisión; en la tarde, caza tradicional de faisán antes del té, para lo cual se requiere un cambio de vestimenta; por la noche elegante cena, pero sin excesos.

En el Principado de Mónaco y en Bélgica, los soberanos deciden compartir las fiestas con sus súbditos, organizando conciertos para ellos, distribuyendo regalos para los niños y otras ocasiones conviviales.

Los miembros de la realeza sueca seleccionan personalmente los árboles de Navidad que embellecerán el palacio real, con una elección cuidadosa que ya es en sí misma una ocasión festiva, mientras que los soberanos españoles celebran a la mesa con platos típicos de la tradición navideña española y esperan la Epifanía para descartar los regalos. Ellos también, comparten, al menos en parte, la alegría de la fiesta con los súbditos, con la antigua tradición de la postal navideña de la familia Real, con la que desean sus mejores deseos para toda la nación.