Los animales que no pueden faltar en tu pesebre

Los animales que no pueden faltar en tu pesebre

Entre los personajes del Pesebre no se puede ignorar la gran cantidad de animales de todo tipo. Los más ‘famosos’ son seguramente el buey y el burro, que calentaron al Niño Jesús con su cálido aliento. El primero habría atraído a la Sagrada Familia al establo con sus mugidos, y habría renunciado a comer la paja fresca para permitir que la Virgen preparara con ella una cama más suave para Jesús en el pesebre, mientras que la última los habría acompañado en el largo viaje hacia Belén.

Dada la presencia de muchos pastores, es natural pensar que había muchas ovejas y cabras. Se dice que una de ellas le ofreció su lana cálida a la Virgen para que pudiera hacer una manta para calentar al Niño.

Las historias antiguas cuentan que los animales participaron de manera activa y consciente a la Natividad, arrodillados para permanecer inmóviles, casi en oración. Las leyendas también dicen que hablaban entre sí y que su lenguaje era comprensible incluso para algunos seres humanos presentes, que de sus discursos podrían obtener información valiosa para el año que vendría. A menudo, en los pesebres de artesanía encontramos otros animales de granja, como caballos, vacas, gansos, cerdos, aves, a menudo acompañados por sus pastores, o incluso animales exóticos, como monos, loros y dromedarios. La cultura popular ha creado numerosas leyendas alrededor de estos animales. Se cuenta sobre las tórtolas y del petirrojo, quienes con su dulce canto acunaron el sueño del pequeño Jesús haciéndole olvidar el frío, y las abejas, en cuyo zumbido se escondería una alabanza secreta por el nacimiento del Hijo de Dios, o incluso de la luciérnaga, silenciosa e invisible, que acompañó a los pastores al establo y, tocada por los dedos del Niño, comenzó a brillar como una pequeña estrella.

Historias de devoción simple, pero rica y auténtica, que deberían recordarnos que la Navidad también viene para nuestros amigos animales, y que ellos también merecen un poco de calor y afecto adicionales durante los días de Fiesta.