Los iconos ortodoxos: representaciones de las obras de Cristo en la tierra

Los iconos ortodoxos: representaciones de las obras de Cristo en la tierra

Los iconos ortodoxos siempre han sido un lugar de encuentro entre el arte y una espiritualidad pura y solemne. En los iconos antiguos sigue viva una tradición que va más allá del espacio y el tiempo.

En Holyart encontrarás una gran variedad de iconos sagrados: iconos bizantinos, griegos, rusos, rumanos. La tradición que une todas estas obras es la misma: la iconografía ortodoxa, una expresión de espiritualidad y contemplación única en su género.

 

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Los antiguos iconos ortodoxos

En particular, el rastro de esta tradición espiritual todavía está vivo en los antiguos íconos rusos. Este tipo de ícono es reconocido y evaluado por expertos; son piezas únicas que contienen una historia singular: cada icono fue creado por un monje según los procesos de la tradición iconográfica. Todos los iconos rusos realizados aproximadamente antes de 1920 se producían de hecho según una serie de reglas recogidas en manuales que se han perdido.

Este proceso implicaba varios pasos, incluido el lijado, el tratamiento con aceite de mercurio, el secado y la aplicación de capas de yeso. Y la etapa final: oración y ayuno completo por parte del monje durante la creación del ícono. Este camino del arte espiritual alcanzaba la perfección con la realización de las partes descubiertas de la figura: rostro, manos, pies se convertían en materia taumatúrgica.

Después de 1920 los íconos ya no se hicieron con este mismo proceso, por lo que los íconos producidos después de esta fecha son «sólo» imágenes sagradas. Los iconos ortodoxos del siglo XIX son, por tanto, obras espirituales diferentes a cualquier otra representación religiosa.

Autor, tema e interpretación de los iconos

En los iconos ortodoxos el autor permanece anónimo y pasa a un segundo plano: el protagonista de la obra es siempre el sujeto sagrado, el contenido espiritual. En algunos casos se habla de icono achiropita: un icono no hecho por mano humana sino de origen directamente divino. En el proceso de reconocimiento de un icono, la atribución del artista no es tan importante como la identificación del período en el que se realizó el icono y su autenticidad.

Los iconos ortodoxos

Saber interpretar completamente un ícono también es una habilidad que no se puede dar por sentada. Los símbolos y mensajes encerrados en la imagen, junto con la historia específica del icono realizado, tienen una densidad de significado única. El poder del icono actúa en otro plano: se dice que el icono te mira antes de ser mirado. Eso representa el mundo invisible a través de una obra visible y comunica el sentido de la ilusión del tiempo y el espacio: las figuras no se insertan en escenarios realistas y la ausencia de perspectiva deja al espectador inmerso en la contemplación. Uno nunca se cansa de mirar un ícono porque la obra siempre está viva.

La variedad de imágenes representadas es infinita. Hay diferentes temas: cada ícono tiene una historia que abre un mundo de espiritualidad y fe. Son muy conocidos los iconos de la Trinidad, los iconos de la Santa Faz o los iconos de las Doce Grandes Fiestas, típicamente bizantinas. Sin embargo, entre esta variedad de temas, la iconografía mariana destaca sin duda por su papel central. Famosos son los iconos de Nuestra Señora de Vladimir, Nuestra Señora de Kazán, Nuestra Señora de Smolensk. La Virgen, muchas veces representada con el Niño, es un tema recurrente y emblemático.

El icono de la Anunciación

Este icono es un ejemplo de icono antiguo, que data del siglo XIX. María está representada en el momento en que recibe el anuncio del Ángel. Los detalles dorados y la imagen trascendente permiten al espectador adentrarse en el misterio de la llamada de María. La obra procede de Rusia y la técnica utilizada es la del temple al huevo sobre tabla de madera. Como icono ruso original, está certificado por el Ministerio de Cultura de Rusia.