La Virgen de Guadalupe es considerada la patrona de todos los fieles católicos de idioma español del mundo, en particular de los que viven en América, del Sur y del Norte (Su fiesta es el 12 de Diciembre).
Su devoción nació en México en el XVI siglo, cuando la Virgen apareció muchas veces a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un hombre azteco convertido al catolicismo.
En su primera aparición, la Virgen de Guadalupe pidió a Juan Diego construir una capilla en su honor en el lugar que le habría indicado. Durante las apariciones siguientes, la Virgen dio a Juan Diego también pruebas seguras y milagrosas para romper el escepticismo del obispo y de los que no creían en lo que el hombre iba contando.
En el lugar de la aparición fue construida una capilla y, a lo largo de los siglos, los fieles añadieron un santuario y, en fin, la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
EL nombre “Guadalupe” no tiene una origen cierta. Puede haber sido la misma Virgen a sugerirlo a Juan Diego o, talvez, fue el Vidente a conectar la aparición en México al Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, en el distrito español de Guadalupe.
Aun hoy hay quien, por otro lado, sugiere que “Guadalupe” sea la transcripción en español de la palabra azteca Coatlaxopeuh, o sea: “ella que aplasta el serpiente” nombre a menudo utilizado para referirse a la Virgen María.
En la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe es guardado el mantel (tilmàtli) de Juan Diego. Cuando Juan Diego encontró al obispo y abrió el mantel para llevarle las flores crecidas por milagro en el lugar de las apariciones, todos pudieron ver que, sobre el mantel, estaba imprimida la imagen de la Virgen. Esta imagen, guardada cuidadosamente y quedada intacta, es aun hoy objeto de devoción casi como el Santo Sudario.
Como la Virgen de Guadalupe aparece con la piel MORENA y con rasgos mestizos, los fieles la llaman también “Virgen morenita”.
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