Los Ángeles de la Guarda siempre han acompañado la existencia humana, como mensajeros, consejeros en la vida cotidiana, pero también protectores contra las tentaciones y las insidias del mal.
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El 2 de Octubre de cada año, millones de personas de todo el mundo celebran la Fiesta de los Ángeles Custodios, una ocasión especial para honrar y agradecer a estos seres celestiales y etéreos que nos protegen, ofreciéndose como intermediarios entre cada persona y el Cielo, protectores, confidentes, guardianes de nuestros secretos y miedos más íntimos. De hecho, se cree que cada individuo tiene asignado un ángel de la guarda, que reza por él, le protege de los peligros y le guía por el camino de la vida.
Esta fiesta es importante en la tradición religiosa cristiana y tiene profundas raíces en la historia de la Iglesia católica. Ofrece una ocasión especial para quienes creen en la existencia de los Ángeles Custodios y pueden dedicar este día concreto a reflexionar sobre su protección y guía en la vida cotidiana.
La existencia de los Ángeles es un dogma de fe reconocido y la celebración de los Ángeles Custodios tiene una larga historia que se remonta a los primeros años del Cistianismo. Sin embargo, la fiesta tal y como la conocemos hoy en día se estableció oficialmente en 1670 bajo el papado de Clemente X, inicialmente en septiembre, pero pronto se cambió la fecha al 2 de octubre, donde ha permanecido hasta hoy. Por ello, en muchos casos se sigue considerando septiembre como el mes dedicado a los ángeles.
La Fiesta de los Ángeles Custodios se celebra con oraciones y reflexiones sobre la presencia y protección de los Ángeles Custodios, y en muchas iglesias católicas también se celebran misas especiales en su honor. Algunas personas deciden realizar actos de bondad el 2 de octubre en honor de sus Ángeles Custodios, como ayudar a los demás, hacer donaciones o simplemente ser más compasivos y atentos.
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La idea de la existencia de los Ángeles Custodios procede de las Sagradas Escrituras. En la Biblia, aparecen en varios pasajes como protectores y guardianes de los hombres y mujeres queridos por Dios, que los envía para protegerlos sobre todo de las insidias de los demonios. En este sentido, la fe en los Ángeles de la Guarda siempre ha pertenecido al Cristianismo, así como a muchas otras tradiciones religiosas, que también reconocen la existencia de seres espirituales encargados de proteger a las personas y ayudarlas en sus desafíos cotidianos. El culto a los Ángeles es anterior al culto a los Santos, y su adoración es una práctica antigua que ha evolucionado a lo largo de los tiempos. Con la evolución del Cristianismo, tanto en Oriente como en Occidente, el vínculo entre los Ángeles de la Guarda y los seres humanos se ha hecho cada vez más fuerte. Mientras que en la Edad Media los monjes evocaban a menudo a los Ángeles Custodios en sus oraciones y ruegos, en el Renacimiento sus historias e invocaciones a ellos se dirigían sobre todo a los niños. Pero tras el Concilio de Trento, la devoción a los Ángeles Custodios readquirió importancia, hasta el punto de que fue necesario crear una ciencia especial, la angiología, una doctrina dedicada precisamente a los ángeles, que ilustra lo que la Biblia dice de ellos y estudia cómo actúan y han actuado a lo largo de los siglos como intermediarios entre la humanidad y Dios.
Fiesta de los Ángeles Custodios y Día de los Abuelos
En Italia, el 2 de octubre no sólo es un día especial por estar dedicado a los Ángeles Custodios. Ese día se celebra también la Fiesta de los Abuelos, que pasó a formar parte del calendario italiano con una ley especial insertada por el Parlamento en la Gazzetta Ufficiale el 12 de agosto de 2005 para reconocer “la importancia del papel desempeñado por los abuelos en el seno de las familias y de la sociedad en general”. Otros países también celebran el Día de los Abuelos, pero en días diferentes.
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Es significativo que esta fecha coincida con la fiesta religiosa de los Ángeles Custodios, lo que subraya aún más la importancia de los abuelos. A menudo se considera a los abuelos verdaderos Ángeles de la Guarda en carne y hueso, pero aunque su papel era ampliamente reconocido y respetado en el pasado, hoy en día es menos frecuente. Guardianes de una sabiduría ancestral, transmitida verbalmente de generación en generación, la gente acudía a ellos para pedir consejo y afrontar decisiones difíciles, pero el mundo moderno, con su ritmo frenético y su énfasis en la eficacia y el éxito a cualquier precio, ha provocado una reducción de algunas de estas tradiciones. Por eso cobra tanta importancia el Día de los Abuelos, el 2 de octubre. El Parlamento italiano ha querido formalizar la importancia de los abuelos no sólo como apoyo económico, porque permiten ahorrar dinero en niñeras o servicios de guardería, sino también como custodios de una sabiduría y unos conocimientos que es esencial transmitir a las nuevas generaciones. Traen consigo un tesoro de conocimientos, experiencias de vida vividas en primera persona o e historias entrelazadas con la historia reciente que a menudo se pasan por alto en los libros de texto escolares. Este patrimonio es inestimable para la educación de los jóvenes, ayudándoles a desarrollar una sólida conciencia cívica e histórica.
Quiénes son los ángeles de la guarda en la tradición cristiana
Según la tradición, los ángeles se subdividen en huestes y jerarquías, elaboradas en clasificaciones muy antiguas, como el famoso De coelesti hierarchia de Pseudo-Dionisio, que definía tres jerarquías principales, cada una de las cuales contiene a su vez tres órdenes o coros, para un total de nueve tipos de ángeles.
En la Primera jerarquía encontramos Serafines, Querubines y Tronos.
En la Segunda jerarquía: Dominaciones, Virtudes y Potestades.
En la Tercera jerarquía Principados, Arcángeles y Ángeles.
Esta misma clasificación será repropuesta por San Tomás en su Suma Teológica.
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Los Ángeles Custodios pertenecen, pues, a la Tercera jerarquía, la más baja, pero constituyen un orden especial dentro de la propia jerarquía, por estar más cerca de los seres humanos y de su vida cotidiana. Residen en el espacio cósmico más cercano a la Tierra, un lugar simbolizado por la Luna, y su presencia es íntima y constante. También se les considera mensajeros divinos, encargados de comunicarse con los hombres. De hecho, el término “ángel” procede del griego anghelos, que significa “mensajero”.
Oración al ángel de la guarda
Ya de niños aprendemos la oración del Ángel de Dios, quizá la invocación más famosa dirigida al Ángel de la Guarda. En realidad, hay muchas otras oraciones para invocar a las diversas jerarquías angélicas, como la corona angélica, también conocida como Rosario de San Miguel, que se recita en honor de San Miguel Arcángel y de los coros celestiales, para que intercedan ante Dios para obtener gracias y bendiciones.
Ángel de Dios
También conocida como Angele Dei en latín, la oración del Ángel de Dios está profundamente arraigada en la tradición religiosa católica. Esta antigua oración, que se remonta a la época medieval, está muy extendida en todo el mundo católico y ocupa un lugar especial en el corazón de los fieles por su sencillez y eficacia. A menudo se enseña a los niños para explicarles cómo dirigirse a su ángel de la guarda, su guía, su compañero, encargado de protegerles de la tentación y del pecado. Recitar la oración del Ángel de Dios abre una puerta directa al diálogo con Dios, una forma íntima y profunda de comunicarse con el ángel de la guarda asignado, pero también con Aquel que quiso ponerlo a nuestro lado.
Ángel de Dios,
eres mi guardián,
ilumina, guarda
rige y gobierna a mí
que te fue confiado
por la Misericordia Celestial.
Amén.
El ángel de la guarda del Padre Pío
Padre Pío de Pietrelcina también se dirigía a menudo a su propio ángel custodio y declaraba que lo sentía a su lado desde que era niño. A él le debemos una maravillosa oración para dirigir al propio ángel de la guarda, para recitar por la noche a los niños, pero apta para todas las edades:
Oh santo ángel de la guarda, cuida de mi alma y de mi cuerpo.
Ilumina mi mente para que conozca mejor al Señor
y amarle con todo mi corazón.
Ayúdame en mis oraciones para que no sucumba a las distracciones
sino que les preste la mayor atención.
Ayúdame con tus consejos, para que pueda ver el bien
y lo cumpla con generosidad.
Defiéndeme de las asechanzas del enemigo infernal y sostenme en la tentación
para que salga siempre victorioso.
Suplanta mi frialdad en el culto al Señor:
no dejes de custodiarme
hasta que me hayas llevado al Paraíso
donde alabaremos juntos al Buen Dios por toda la eternidad.
Padre Pío y su oración favorita
Padre Pío es una figura que durante mucho tiempo ha sido controvertida y discutida en el contexto de la Iglesia Católica…