Las Estigmas de San Francisco: una herencia de amor que perdura desde hace ochocientos años

Las Estigmas de San Francisco: una herencia de amor que perdura desde hace ochocientos años

El 17 de septiembre se cumple el octavo centenario de la impresión de las Estigmas de San Francisco de Asís. He aquí por qué aún hoy celebramos este acontecimiento

El 17 de septiembre de 2024, la Iglesia recuerda un hecho extraordinario, que marcó profundamente la historia de la espiritualidad cristiana. Este acontecimiento tuvo lugar en 1224 en el Sagrado Monte de La Verna, en la provincia de Arezzo, y su protagonista es quizá uno de los santos más conocidos y amados no solo de la Cristiandad, sino del mundo entero. Hablamos de San Francisco de Asís, Patrono de Italia, y el acontecimiento místico y milagroso que recordamos es precisamente la impresión de las Estigmas en San Francisco, precisamente.

No es casualidad que San Francisco de Asís siga fascinando y siendo amado incluso después de 800 años de su muerte, por una serie de motivos que trascienden el tiempo y las barreras culturales, religiosas o sociales. San Francisco fue un verdadero revolucionario espiritual, que desafió las convenciones sociales y religiosas de su tiempo, cuestionando jerarquías y privilegios. Ese espíritu de renovación y de ruptura con el pasado es una de las razones por las que continúa siendo tan amado hoy, en un mundo que, más que nunca, necesita cambio. Su figura encarna valores universales y profundamente humanos. Él es símbolo de pobreza voluntaria y humildad, en un mundo a menudo dominado por la ambición y el materialismo. Su rechazo de lo superfluo, su elección radical de abandonar riquezas y estatus social para abrazar una vida de pobreza resuena como una llamada a la esencialidad y a la autenticidad, tan difíciles de encontrar en nuestros días.

San Francisco es recordado también por su extraordinario amor hacia la creación, y en una época como la nuestra, de crisis ambiental y cambios climáticos, su ejemplo de amor por la Tierra y todas sus criaturas lo convierte en un modelo de sostenibilidad y respeto ecológico. Es más, Francisco predicaba la paz y la fraternidad entre todos los seres humanos, más allá de las diferencias religiosas o sociales. En un mundo dividido por conflictos, intolerancia y odio, su visión de una fraternidad universal inspira a quienes buscan la paz y el diálogo entre culturas diversas, así como su empatía y dedicación hacia los últimos, los pobres y los marginados.
Por ello, a pesar de estar profundamente enraizado en la fe cristiana, el mensaje de San Francisco ha encontrado resonancia en muchas otras culturas y religiones.

Recordando a San Francisco

Ya nos hemos detenido en un artículo anterior sobre el octavo centenario de la muerte de San Francisco de Asís, que tendrá lugar en 2026. Este acontecimiento será solo el culmen de cuatro años de fiestas y celebraciones dedicadas al pobrecito de Asís, que ya están en curso desde 2023, y que se entrelazarán con las del Jubileo de 2025.
En 2023 se celebró el octavo centenario de la Regla Bulada, escrita por San Francisco para sus Frailes Menores en Fonte Colombo, y confirmada por Papa Honorio III el 29 de noviembre de 1223, con bula concedida en San Juan de Letrán. Precisamente en esta Basílica, los miembros de la familia franciscana se reunieron para una gran celebración transmitida también en línea en el sitio oficial del centenario franciscano.

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El 17 de septiembre de 2024 tiene lugar la conmemoración de los 800 años de las estigmas recibidas por Francisco en el Monte de La Verna. Este signo representa la extraordinaria unión de Francisco con Cristo y su total compromiso al Evangelio. Las estigmas no son vistas únicamente como una manifestación física, sino como un testimonio de la profunda comunión espiritual que San Francisco vivía con los sufrimientos de Jesús, una herencia duradera que sigue inspirando a creyentes y no creyentes, incluso a 800 años de distancia.
Las celebraciones en honor al Santo de Asís continuarán en 2025, coincidiendo con el Jubileo, con el octavo centenario de la composición del Cántico de las Criaturas, uno de los textos más conocidos y amados del Santo, escrito cuando Francisco estaba casi completamente ciego, y culminarán en 2026 con el solemne octavo centenario de su muerte.

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La impresión de las Estigmas a Francisco

La fiesta de las Estigmas de San Francisco ofrece una ocasión para meditar sobre la relevancia del mensaje franciscano en el mundo contemporáneo.
Las Estigmas de San Francisco fueron un fenómeno extraordinario, pues representaban una participación directa en los sufrimientos de Cristo. Para los fieles, estas heridas fueron vistas como una confirmación de la santidad del fraile y de su profundísima unión con Dios. Francisco de Asís, símbolo de pobreza, humildad y amor al prójimo, fue considerado por sus contemporáneos un modelo de imitación de Cristo. Las estigmas simbolizan el signo tangible de su identificación con el Crucificado, y confieren aún mayor autoridad y credibilidad a su mensaje evangélico.

Este año, Florencia y La Verna han sido los dos centros principales de las celebraciones por el octavo centenario de las estigmas de San Francisco, con eventos que unieron aspectos espirituales, artísticos y culturales. Estos encuentros ofrecieron la oportunidad de redescubrir la actualidad del mensaje del Santo de Asís. Entre las iniciativas más destacadas resalta Francesco Live, que tuvo lugar en Florencia del 11 al 14 de abril de 2024, y reunió a cientos de jóvenes de toda Italia para reflexionar sobre el futuro a la luz de la visión de San Francisco. El evento fue inaugurado por el cantautor y escritor Roberto Vecchioni.

En cuanto al acontecimiento en sí, en el Martirologio Romano, el libro litúrgico que constituye la base de los calendarios de las fiestas religiosas de la Iglesia católica, en la fecha del 17 de septiembre leemos: “En el monte de La Verna, en Toscana, la conmemoración de la Impresión de las sagradas Estigmas, que, por maravillosa gracia de Dios, fueron impresas en las manos, en los pies y en el costado de san Francisco, Fundador de la Orden de los Menores”.
El evento de las estigmas de San Francisco es mencionado, pues, con pocas palabras, pero son los biógrafos ,a partir de uno de los primeros, San Buenaventura de Bagnoregio, con su Legenda Maior, la biografía oficial del santo, quienes nos transmiten más detalles sobre el episodio. También el arte sagrado nos ayuda a comprenderlo mejor. Numerosos artistas, entre ellos Giotto, lo han inmortalizado en frescos y pinturas célebres.
En breve, era el año 1224, dos años antes de la muerte de San Francisco, cuando él, cansado y necesitado de encontrarse solo consigo mismo para sumergirse en su espiritualidad y recuperar la profunda conexión con Jesús, se retiró al Monte de La Verna para cuarenta días de ayuno y oración. Se trataba de un lugar solitario y salvaje, muy querido por el Santo de Asís, con paredes rocosas con vistas que lo hacían difícil de alcanzar. El conde Orlando de Chiusi, devoto del Santo, le había donado el monte para que pudiera usarlo como lugar de oración, y sus hermanos habían construido para él una pequeña cabaña, a fin de que no pasara las noches a la intemperie.
Fue precisamente en esta cabaña donde Francisco vivió la experiencia mística de las Estigmas, mientras estaba inmerso en la meditación sobre la Pasión de Cristo y rezaba intensamente para poder sentir, en cuerpo y alma, el mismo dolor que Jesús experimentó. En cierto momento, según los relatos de los pastores y de quienes vivían cerca del Monte de La Verna, la montaña se iluminó con un resplandor intenso.
San Buenaventura escribe que Francisco vio aparecer ante él un serafín con seis alas encendidas, en cuyo centro había un hombre crucificado. El corazón del Santo se llenó de alegría, porque comprendió que estaba a punto de convertirse en una imagen viviente de Cristo, y fue el mismo Jesús quien se lo confirmó: las Estigmas que le estaba donando eran las señales con las que lo hacía Su abanderado, Su portaestandarte. Además, gracias al don de las Estigmas, Francisco tendría el poder de liberar cada año, en el día de su muerte, las almas de los miembros de sus Órdenes y de aquellos que le fueran devotos, llevándolas del sufrimiento del Purgatorio a la gloria del Paraíso. Un poder que lo hacía más cercano que nunca a Jesús.

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Iglesia de las Santísimas Estigmas de San Francisco

En Roma, en el Rione della Pigna, se levanta la Iglesia de las Santísimas Estigmas de San Francisco, dedicada desde 1597 al milagro de las estigmas del Santo de Asís. Construida sobre un lugar de culto preexistente, la iglesia fue reconstruida en 1714 por voluntad de la Archicofradía de las Sagradas Estigmas de San Francisco, que confió el proyecto a Giovan Battista Contini, discípulo de Bernini y célebre arquitecto barroco. Además de varias obras de arte que tienen al Santo como protagonista, en la Iglesia se conserva también un precioso relicario de plata que custodia su sangre.

Las Estigmas de San Francisco de Giotto

Estigmas de San Francisco Giotto

Las Estigmas de San Francisco es una obra de Giotto y una de las representaciones más célebres del milagro místico vivido por el Santo en el Monte de La Verna. Se trata de una pintura al temple y oro sobre tabla, realizada originalmente para la iglesia de San Francisco en Pisa, pero hoy conservada en el Louvre.
En la obra, Giotto representa el momento en que San Francisco, en oración en el Monte de La Verna, recibe las estigmas. En lo alto aparece una figura alada, un Cristo crucificado envuelto en las seis alas de un serafín, que emite rayos luminosos que alcanzan las manos, los pies y el costado de Francisco, imprimiendo en él los signos de la Pasión. La escena está inmersa en una atmósfera de sacralidad, reforzada visualmente por el fondo dorado de la pintura, y transmite un profundo sentido de espiritualidad, expresando plenamente la fuerza mística encarnada por Francisco, un hombre que se convierte en imagen viviente de Cristo. En la predela inferior se representan tres escenas de la vida de San Francisco, que se relacionan con el ciclo de frescos realizados también por Giotto en la Basílica Superior de Asís: Inocencio III sueña a San Francisco sosteniendo la Basílica de Letrán; Inocencio III confirma la Regla franciscana; San Francisco predica a los pájaros.