Pueblos navideños en miniatura, lleva la magia de la Navidad a tu casa

Pueblos navideños en miniatura, lleva la magia de la Navidad a tu casa

Los pueblos navideños en miniatura son una forma original y diferente de llevar la atmósfera navideña a nuestros hogares. Descubramos cómo se construyen y cuáles deben ser sus características.

¿Construir un pueblo navideño en miniatura en lugar de un Belén? Hasta hace algún tiempo, esta afirmación podría haber despertado cierta perplejidad. Sin embargo, los pueblos navideños en miniatura se han convertido en una costumbre en muchos hogares, incluso en nuestro país, donde la tradición de la Natividad está tan arraigada.

Después de todo, muchos tipos de Belenes tradicionales también pueden compararse con pueblos reconstruidos hasta el más mínimo detalle, con casas, carreteras, molinos, fuentes, posadas, en una imitación de escenarios históricos ligados a nuestro pasado. Pensamos en el Belén napolitano, que reproduce la atmósfera y los personajes del Nápoles del siglo XVII, y en los numerosos Belenes con ambientaciones históricas, que remiten al Renacimiento italiano, o a la Palestina de la época de Jesús.

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Los pueblos navideños en miniatura son, en cierto modo, Belenes profanos, ya que se diferencian de los tradicionales en que no representan la Natividad de Jesús. Pero en los últimos años han conquistado a grandes y pequeños también en España, con la atmósfera mágica y alegre que pueden crear.

Su tradición está ligada principalmente a Estados Unidos y a los países nórdicos, de los que también se inspiran en cuanto a la atmósfera y las arquitecturas, aunque, como veremos, existen diferentes tipologías, todas ellas caracterizadas por elementos bien definidos. En general, se componen de casas, tiendas, iglesias, dispuestas a lo largo de calles iluminadas por farolas, y a menudo enriquecidas con fuentes, pistas de hielo, árboles de Navidad, incluso tiovivos. Todo inmerso en un paisaje invernal, con nieve, personajes con vestimenta típica y, a menudo, la presencia bondadosa y colorida de Papá Noel.

Pero ¿cómo nacieron los pueblos navideños en miniatura?

Historia de los pueblos navideños en miniatura

Ya en el siglo XVIII, las casitas hechas a mano y los edificios en miniatura se utilizaban como adornos navideños en algunos pueblos de Alemania y de Europa central y oriental. Los habitantes de esas zonas reconstruían los lugares donde vivían, pequeñas aldeas rurales y suburbios, con materiales reciclados, madera y cartón. Esta tradición se trasladó a Estados Unidos con los inmigrantes, y allí también empezaron a aparecer pequeñas escenas coloridas y pintorescas construidas al pie de los Árboles de Navidad.

Los comerciantes confiaron en el potencial de esta tradición, y así aparecieron en el mercado las primeras casitas de cartón, que cualquiera podía comprar para decorar su casa y crear su propio pueblo navideño. Se llamaban Putz houses (casas de estilo putz) y tenían un estilo germánico que les gustaba mucho a los americanos.

Después de la Primera Guerra Mundial, la producción de casas de estilo putz pasó a algunas empresas japonesas, que las enriquecieron con pequeñas ventanas de celofán de colores y polvo de mica rociado en los techos para recrear el efecto de la nieve. También empezaron a iluminar el interior con pequeñas luces, para que se viera el resplandor a través de las ventanas.
Tras una caída de las ventas en los años 50 y 60, en 1976 una floristería de Minneapolis, Bachman’s, creó una línea de casitas navideñas en miniatura que se enriquecía cada año con accesorios y nuevas construcciones, despertando una verdadera pasión entre los coleccionistas.

Hoy en día, entre los principales fabricantes de adornos navideños de este tipo se encuentran los pueblos Lemax, de la empresa del mismo nombre fundada en 1990 y que desde hace treinta años es una referencia importante para los coleccionistas de todo el mundo. Si buscas en Internet, encontrarás pueblos de todo tipo, desde los de ambientación victoriana hasta los inspirados en las atmósferas de Charles Dickens, pero también pueblos modernos de los años 50 y pequeños mundos de fantasía con casitas hechas de azúcar y habitadas por hombres de jengibre.

Construir un pueblo navideño en miniatura

Si alguien quisiera intentar construir su primer pueblo navideño en miniatura, ¿qué debería hacer? Puede ser una idea alternativa a los clásicos adornos navideños, y es más fácil de lo que crees. En nuestra tienda en línea encontrarás una amplia gama de edificios y escenarios muy especiales para construir un completo y mágico pueblo navideño.

Puedes empezar por la encantadora iglesia, que será el corazón de tu pueblo en miniatura, flanqueada por un gran Árbol de Navidad adornado y decorado con purpurina brillante que captura los reflejos de las numerosas luces LED multicolores. Además, el pequeño escenario está enriquecido por un sistema que emite canciones navideñas y está poblado por numerosos y simpáticos personajes. Al pie del acueducto de resina, los niños han construido un gran muñeco de nieve y juegan con trineos mientras dulces melodías navideñas llenan el aire.

¿Y qué puede hacer que una escena navideña sea más colorida y mágica que una carpa de circo, animada por música y luces? O incluso un teatro a punto de escenificar un espectáculo para la Nochebuena, con pequeñas figuras en movimiento y árboles cubiertos de nieve.

La espléndida noria y el tiovivo con sus asientos crearán un momento festivo en la fiesta, con sus colores y atmósfera de alegría, niños divertidos, luces y sonidos alegres. Como alternativa a la iglesia, puedes decidir colocar, en el centro de tu pueblo en miniatura, un hermoso Árbol de Navidad construido en el centro de la plaza del pueblo, decorado con festones y luces por Papá Noel en una grúa y los niños subiendo a las escaleras.

Y luego, por supuesto, muchas casas, como la hermosa con la fuente que realmente funciona iluminada por luces LED de colores y decorada por un árbol con efecto de hielo en el centro, o el grupo de casas nórdicas nevadas construidas alrededor de la plaza, también enriquecida por una fuente que funciona iluminada por LEDs multicolores.

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Tipología de pueblo

Si quieres probar a construir un pueblo navideño en miniatura, primero tienes que decidir la tipología de pueblo que quieres realizar. ¿Elegirás construir un clásico pueblo victoriano, o más bien un pueblo de montaña, con pista de patinaje y pequeños esquiadores? ¿Te gustaría recrear la atmósfera de las novelas de Charles Dickens con una aldea dickensiana, o quizás intentar reconstruir la aldea de Papá Noel, con un tren de juguete que la recorra trayendo regalos? El único límite es la fantasía.

Incluso hay pueblos navideños costeros con pescadores. También puedes decidir juntar elementos de diferentes ambientaciones, aunque lo mejor de los pueblos navideños en miniatura suele ser la coherencia y la continuidad entre los elementos que los componen. Pero con un poco de inventiva todo puede arreglarse para crear un efecto sorprendente.

El fulcro del pueblo

Una vez elegida la tipología de pueblo que quieres construir, tienes que determinar cuál será el fulcro de todo el pueblo, su centro y corazón. Ya hemos mencionado la iglesia, o el Árbol de Navidad en la plaza del pueblo. Tendrá que ser algo que reúna el interés de los personajes a su alrededor, y que llame primero la atención de los que admiran el pueblo.

Una vez establecido el corazón del pueblo, no serán necesarias muchas más casas y elementos para enriquecerlo. En su lugar, será importante crear el recorrido de calles y avenidas iluminadas por farolas que conduzcan a ese punto, de forma realista y dinámica. Y, por supuesto, tendrás que poblar la ruta con pequeños personajes que harán que tu pueblo esté más vivo y sea más real que nunca.

El fulcro del pueblo

La base y el fondo

Otras dos características fundamentales que hay que elegir cuando se decide construir un pueblo son la base sobre la que se va a colocar y el fondo.

La base es de gran importancia porque todos los edificios y elementos del pueblo deberán estar conectados a la corriente eléctrica y, por tanto, será recomendable elegir una base que permita ocultar fácilmente los cables, interruptores y regletas de enchufes. Además, los enchufes e interruptores deben ser fáciles de alcanzar cuando tengas que encenderlos o apagarlos. La mejor solución es probablemente una tabla de madera o una serie de tablas colocadas una al lado de la otra y apoyadas en caballetes, en las que se pueden hacer agujeros por donde pasar los cables y que se cubren con lonas para ocultar todo el sistema eléctrico. En cuanto al pueblo en sí, un poco de papel de roca, musgo y otros pequeños trucos te ayudarán a ocultar los cables visibles que quedan.

El fondo ayudará a dar más realismo y profundidad a tu pueblo en miniatura. Puedes hacerlo tú mismo, pintándolo, o haciéndolo con cajas o libros cubiertos con papel de roca, también para dar una sensación de perspectiva, o comprar uno de los muchos y hermosos fondos disponibles en línea y hechos especialmente para estos pueblos, con un hermoso cielo estrellado, montañas cubiertas de nieve, o incluso las luces de la ciudad.