Polen de abeja: por qué consumir este superalimento

Polen de abeja: por qué consumir este superalimento

El polen de abeja es un producto completamente natural, rico en sustancias valiosas para la salud. Aporta energía, ayuda al metabolismo y es un antiinflamatorio natural. Veamos cuándo usarlo y cómo elegirlo

En una época como la nuestra, obsesionada con el bienestar físico, muchas veces buscado a través de productos poco saludables, mientras aumentan los casos de alimentos retirados del mercado por distintos problemas, la naturaleza sigue regalándonos un sorprendente número de superfoods, aliados preciosos para la salud y sin malas sorpresas. El polen de abeja es un ejemplo perfecto, con su alto contenido de nutrientes esenciales como proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales. Cada vez más personas están descubriendo sus beneficios y lo utilizan para mejorar la salud en general, reforzar el sistema inmunitario e incluso para perder peso. Pero, ¿para qué sirve exactamente el polen de abeja? ¿Cómo debe consumirse y cuáles son las posibles contraindicaciones?

¿Qué es el polen de abeja?

Empecemos explicando qué es el polen de abeja. Se trata de una sustancia natural producida por las plantas entomófilas, que es recolectada por las abejas durante su actividad de polinización. Las plantas entomófilas son aquellas que dependen de los insectos para la polinización, porque producen poco polen, pero en gránulos más grandes, pesados y a menudo pegajosos gracias al néctar, de modo que se adhieren más fácilmente a las patitas de los polinizadores. Las plantas anemófilas, en cambio, producen grandes cantidades de polen ligero, que se dispersa gracias al viento.
Las flores de las plantas entomófilas son muy vistosas y aromáticas. Las abejas y otros polinizadores se sienten atraídos por ellas, recogen el polen gracias a unas bolsas especiales situadas en sus patas traseras y lo llevan a la colmena, mezclado con néctar y saliva, formando pequeñas bolitas. Allí esta sustancia preciosa se convierte en reserva de alimento para toda la colonia.
Por lo tanto, no se trata de una sustancia producida por las abejas, a diferencia de la miel o la jalea real, sino únicamente recolectada por ellas. La palabra polen deriva del término latino “pollen”, que significa harina fina, polvo.

¿Para qué es bueno el polen de abeja?

El polen no es un alimento nutritivo y valioso solo para los laboriosos insectos que lo recolectan. Para los seres humanos, el polen de abeja se considera un alimento altamente nutritivo, ya que contiene proteínas, aminoácidos esenciales, vitaminas, minerales y antioxidantes. Consumido fresco o deshidratado, apoya el sistema inmunitario, aumenta la energía y favorece el bienestar general. También puede resultar un excelente reconstituyente y una magnífica fuente de proteínas vegetales.

¿Qué es lo que hace tan completo y rico al polen natural? Son los elementos que lo componen, extraordinariamente complejos en su sencillez.

En general, el polen de abeja fresco está compuesto en un 20% por agua, a la cual se suman azúcares simples, como la fructosa y la glucosa, que proporcionan energía inmediata y reducen la fatiga muscular.

Contiene además muchas proteínas y, en particular, aminoácidos esenciales, fundamentales para el correcto funcionamiento celular.

Las vitaminas del grupo B (B1, B2, B6), de las que el polen de abeja es muy rico, aportan energía, ayudan a mantener la piel joven y luminosa, favorecen el crecimiento de un cabello sano y fuerte; pero también están presentes las vitaminas A, C, D y E. Gracias a su alto contenido en vitaminas del grupo B y otros nutrientes, el polen de abeja ayuda a combatir el cansancio, aumenta la energía y mejora la resistencia física. Las vitaminas y el hierro de los que es rico cumplen además una excelente función antianémica.miel, polen de abeja

Y además el polen natural es rico en sales minerales, como potasio, fósforo, azufre, hierro, magnesio y calcio; enzimas y coenzimas, que apoyan las funciones metabólicas del organismo; ácidos grasos esenciales, útiles para la salud y la renovación celular. Estos componentes del polen también pueden ayudar a perder peso, ya que favorecen y aceleran el metabolismo y estimulan la reducción de la grasa corporal. Sí, ¡el polen de abeja también puede usarse para adelgazar!

El polen de abeja también es rico en antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres, reforzar las defensas inmunitarias y proteger el organismo de virus, bacterias y otras infecciones, incluidas las enfermedades estacionales. La quercetina, por ejemplo, posee extraordinarias propiedades antiinflamatorias y puede ser útil incluso para aliviar los síntomas de algunas enfermedades inflamatorias.

En algunas culturas, el polen de abeja se considera un afrodisíaco y se utiliza para mejorar la fertilidad tanto masculina como femenina.

¿Cuánto polen al día?

La cantidad ideal de polen de abeja que se debe consumir al día varía en función de diversos factores. Antes de comenzar un tratamiento a base de polen, sobre todo si se padecen alergias u otras condiciones médicas, o simplemente para determinar la dosis más adecuada a tus necesidades, es recomendable consultar a un médico. Los niños, generalmente, deben consumir menos polen de abeja que los adultos, mientras que las personas con sobrepeso podrían necesitar dosis ligeramente superiores.

En general, las dosis recomendadas oscilan entre 5 y 20 gramos al día para los adultos, y alrededor de 5 gramos al día para los niños, teniendo en cuenta que una cucharadita equivale aproximadamente a 5 gramos de polen.

El mejor momento para consumir el polen es en ayunas, antes del desayuno, para favorecer su absorción. Puede tomarse puro, masticado lentamente, o añadirse a yogur, miel u otras bebidas.

¿Cuál es el mejor polen?

El mejor polen de abeja natural es aquel que procede de zonas de floraciones espontáneas en entornos naturales protegidos, recolectado y tratado de manera natural para mantener intactas sus propiedades nutritivas. El polen recolectado de forma natural y trabajado a bajas temperaturas suele considerarse de mayor calidad.
Siempre es mejor elegir un polen procedente de apiculturas que respeten el medio ambiente y no utilicen pesticidas químicos. Esto garantiza que el polen esté libre de contaminantes dañinos y sea más seguro para el consumo. De hecho, el polen puede sufrir graves contaminaciones ambientales, como las de metales pesados (Plomo, Cadmio, Mercurio); productos agrícolas utilizados en los campos cercanos a la colmena, como pesticidas o fungicidas; antibióticos o fitosanitarios empleados en las colmenas; o mohos derivados de un almacenamiento inadecuado.

¿Cómo saber si un polen de abeja es de buena calidad?

El color puede variar según la flora de la que provenga, pero un polen de buena calidad presenta un color vivo y uniforme, sin manchas ni impurezas. A la vista debe aparecer limpio: de un solo color si procede de un único tipo de flor (polen monofloral), o de varios colores si proviene de distintas flores (polen multifloral). Ambos tienen sus ventajas: el monofloral ofrece un perfil nutricional más específico, mientras que el multifloral resulta más completo. Los gránulos deben estar bien definidos y no ser polvorientos.
El polen debe resultar agradable al olfato, sin aromas extraños. En general, tiene un olor delicado, que varía según el tipo de flores de origen. Si es fresco, tiende a ser floral y dulzón, aunque también puede tener notas herbáceas o terrosas, y, en el caso de plantas más aromáticas, un perfume más intenso. El polen deshidratado posee un aroma menos intenso que recuerda al heno o la paja.

En cuanto al sabor, el polen suele ser dulce, azucarado, aunque puede presentar un regusto salado, dependiendo de las plantas de origen y del proceso de elaboración.

El polen italiano, gracias a la variedad de flores presentes en su territorio, es considerado a menudo de altísima calidad. El polen de flores en gránulos de la Antigua Farmacia de los Monjes Camaldulenses, por ejemplo, se obtiene a partir de una cuidada selección de pólenes multiflorales provenientes de las mejores áreas de recolección, y resulta perfecto para cualquier dieta y a cualquier edad. El polen es un compuesto 100% natural recolectado por las abejas, extraordinariamente rico en minerales, proteínas y aminoácidos. Es un alimento completo, indicado como excelente reconstituyente y como ayuda insustituible para el organismo.

Polen de abeja contraindicaciones

Antes de comenzar a consumir polen de abeja, es importante verificar no ser alérgico al polen o a otros productos de la colmena. De hecho, el polen está contraindicado para personas alérgicas. Quienes sufran alergia a los pólenes o a los productos de las abejas deberían evitarlo, ya que contiene los mismos alérgenos que les provocan problemas, y podría causar picor o hinchazón en la boca o la garganta, dificultad respiratoria, urticaria o erupciones cutáneas, congestión nasal o estornudos, igual que en una reacción alérgica. Este riesgo aumenta en el caso de pólenes cuya procedencia no está controlada, por ser más susceptibles al riesgo de contaminación.
Consumir cantidades excesivas de polen podría ocasionar trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea. Además, es fundamental recordar que el polen es un producto natural y puede interactuar con algunos medicamentos. Si se presentaran reacciones adversas, es recomendable consultar de inmediato al médico.