Para qué sirven los guardias suizos

Para qué sirven los guardias suizos

Desde hace quinientos años, los Guardias Suizos protegen la seguridad del Papa y custodian el Vaticano. He aquí quiénes son estos hombres de pintorescos uniformes amarillos, rojos y azules

Los Guardias Suizos, también conocidos como Guardia papal o Guardia suiza papal, es una de las instituciones más antiguas y fascinantes del mundo. Fundada en 1506, estos guardias tienen la misión de proteger al Papa y al Vaticano. Ahora que se acerca el Jubileo de 2025, su papel es más relevante que nunca.

Este particular cuerpo armado, único en su género, es el cuerpo permanente más antiguo del mundo. De hecho, salvo algunas interrupciones del servicio, los Guardias Suizos llevan cinco siglos custodiando ininterrumpidamente el Vaticano y, en particular, la figura del Santo Padre, siempre Acriter et fideliter, “Con valor y fidelidad”, como reza su lema.

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La función principal de los guardias del Papa es la protección del Santo Padre, tanto dentro del Vaticano como durante sus desplazamientos. Esta responsabilidad incluye la seguridad durante las audiencias papales, las celebraciones litúrgicas y los viajes apostólicos. Además de proteger al Papa, los Guardias del Vaticano aseguran la seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano. Esto incluye el control de acceso y la vigilancia en lugares sagrados y puntos estratégicos del pequeño Estado.

Los Guardias Suizas son también protagonistas de numerosas ceremonias y tradiciones vaticanas. Su vistoso uniforme, que se remonta a sus orígenes renacentistas, es reconocido en todo el mundo. Aunque erróneamente atribuido a Miguel Ángel, este uniforme fue concebido a principios del siglo XX por el comandante Jules Repond. Inspirado en las prendas renacentistas y las obras de Rafael, incluye los colores de los escudos de Papa Julio II della Rovere (amarillo y azul) y de Papa Clemente VII de la familia Médicis (rojo), y simboliza la larga historia y las tradiciones del cuerpo.

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Especialmente significativa es el Juramento de los Guardias Suizos, que tiene lugar todos los años el 6 de mayo. Durante esta ceremonia, los nuevos reclutas juran fidelidad al Papa y prometen defenderlo con su vida con esta fórmula, que recuerda a las antiguas órdenes de caballería regidas por solemnes códigos de honor y valor:

“Juro servir fiel, leal y honorablemente al Sumo Pontífice (nombre del Pontífice) y a sus legítimos sucesores, así como dedicarme a ellos con todas mis fuerzas, sacrificando incluso mi vida por su defensa si fuera necesario. Asumo igualmente estos compromisos con respecto al Sacro Colegio Cardenalicio mientras dure la Sede vacante. También prometo al Comendador y a mis demás superiores respeto, lealtad y obediencia. Juro observar todo lo que el honor de mi cargo me exija”.

A medida que se acerca el Jubileo de 2025, el papel de los Guardias Suizos será especialmente intenso. El Jubileo es un acontecimiento extraordinario que atrae a millones de peregrinos de todo el mundo. Los Guardias Suizos se ocuparán de garantizar la seguridad durante las celebraciones, las procesiones y las visitas papales, y tendrá que gestionar grandes multitudes y proteger los santos lugares.

Pero, ¿qué hacen los Guardias Suizos? ¿Por qué protegen al Papa? ¿Cómo nació esta pintoresca orden?

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¿Para qué sirven los Guardias Suizos?

¿Por qué protegen al Papa los Guardias Suizos? La función principal de los guardias del Papa es garantizar la seguridad del Santo Padre. Esta tarea incluye la protección durante las audiencias papales, las celebraciones litúrgicas y los viajes apostólicos. Los Guardias Suizos está siempre presente para garantizar la seguridad del Papa en todo momento.

Papa Francisco ha expresado en repetidas ocasiones su gratitud y admiración por los Guardias Suizos. El Pontífice subrayó la importancia de su servicio, no sólo como fuerza de seguridad, sino también como símbolo de dedicación y fe. Los Guardias Suizos, con su presencia discreta pero decidida, representa un elemento fundamental de la vida vaticana.

Para llevar a cabo lo mejor posible la tarea de proteger al Papa, los Guardias Suizos están entrenados militarmente y equipados con modernas armas de fuego portátiles, así como con las tradicionales alabardas, que sirven de elemento escénico. Además de garantizar la seguridad del Papa, los Guardias Suizos cooperan con la Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano para vigilar las ceremonias en la Basílica de San Pedro y en el aula Pablo VI. También controlan y filtran el acceso al Vaticano. También protegen al Colegio Cardenalicio durante el Cónclave en las elecciones papales.

¿Por qué se llaman así los Guardias Suizos?

Es muy sencillo: para ser Guardia Suizo, el primer requisito indispensable es ser ciudadano suizo. La Guardia Suiza debe su nombre a su origen geográfico. De hecho, fueron creados en 1506 por Papa Julio II della Rovere. En aquella época, Suiza, con su ejército de soldados altamente entrenados y disciplinados, suministraba mercenarios a varios gobernantes europeos. Los mercenarios suizos eran famosos por su destreza y lealtad en la batalla, y su reputación de luchadores intrépidos y leales los hacía especialmente solicitados.
El 22 de enero de 1506, el primer contingente de 150 soldados suizos dirigidos por el capitán Kaspar von Silenen, del cantón de Uri, entró en Roma para comenzar su servicio como guardias personales de Papa Julio II, quien depositó gran confianza en su lealtad y destreza militar. De hecho, otros pontífices ya habían llegado a acuerdos con la Confederación Helvética en años anteriores, pero Papa Julio II es considerado el fundador del cuerpo.

En mayo de 1527 tuvo lugar el terrible Saqueo de Roma, por lansquenetes alemanes a sueldo de Carlos V de Habsburgo. Fue uno de los peores y más brutales ataques a la Ciudad Eterna, y obligó al Papa de la época, Clemente VII de Médicis, a refugiarse en el Castillo de Sant’Angelo el 6 de mayo. Cubrieron su huida 189 Guardias Suizos, 147 de los cuales perdieron la vida para asegurar al Pontífice. Por ello, el 6 de mayo se celebra tradicionalmente en el patio de San Dámaso el solemne Juramento de los Guardias Suizos, en memoria de aquellos heroicos guardias.
Posteriormente la Guardia Suiza fue reconstruida por el cardenal Ennio Filonardi. Disuelta varias veces durante las invasiones napoleónicas, la Guardia Suiza siguió cumpliendo su tarea de proteger al Papa y los palacios vaticanos, perdiendo gradualmente su dimensión militar y asumiendo una más ceremonial.

En la primera década del siglo XX, el Comandante Jules Repond promovió una profunda reforma del cuerpo de la Guardia Suiza, exigiendo que sólo los ciudadanos suizos que tuvieran formación militar. Desde 1970, con la abolición de la Guardia Noble Papal, la Guardia Suiza siguió siendo la única guardia ceremonial del Vaticano. Tras el intento de asesinato de Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, la Guardia Suiza pasó de ser un mero cuerpo ceremonial a un verdadero cuerpo militar debidamente equipado con armas modernas.

¿Qué hacen los Guardias Suizos?

Los Guardias Suizos realizan una serie de tareas cruciales para la seguridad y el funcionamiento del Vaticano. Operando siete días a la semana y 24 horas al día, estos guardias están dispuestos a intervenir en cualquier momento para proteger al Papa y al Vaticano.
Su tarea principal es garantizar la seguridad del Santo Padre, tanto dentro del Vaticano como durante sus viajes.
Los Guardias Suizos velan por la seguridad del Estado de la Ciudad del Vaticano controlando los accesos y vigilando los lugares sagrados y los puntos estratégicos. Se encargan de prevenir y responder a las amenazas contra la seguridad.
Desde 2016, los Guardias Suizos cuentan con un centro de operaciones que recoge toda la información que necesitan para llevar a cabo sus tareas. Este centro de control permite una respuesta rápida y eficaz ante cualquier situación de emergencia.
Para garantizar que se cubren todos los servicios necesarios, se ha aumentado el número de guardias de 110 a unos 135. Esta reforma garantiza que siempre haya un número adecuado de personal disponible para cada necesidad.
Los Guardias Suizos reciben una formación rigurosa para prepararse ante cualquier situación de emergencia. Esta formación incluye entrenamiento militar, técnicas de defensa personal y protocolos de seguridad.

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¿Por qué recurre el Vaticano a los Guardias Suizos?

«Quien decide dedicar su vida o unos años a la Guardia Suiza también acepta sacrificar su vida por el Papa in extremis». Así se expresaba hace unos años Ten Urs Breitenmoser, entonces responsable de prensa de la Guardia Suiza. Desde hace cinco siglos, este singular cuerpo de Guardias existe para servir y proteger al Santo Padre a costa de su propia vida.

Para unirse a los Guardias Suizos hay que cumplir unos requisitos específicos. Como ya hemos visto, hay que ser ciudadano suizo, y sólo pueden presentarse hombres solteros de entre 19 y 30 años. Hay que ser católico practicante y haber cumplido el servicio militar en el Ejército suizo con un certificado de buena conducta. La estatura mínima exigida es de 174 centímetros. El matrimonio sólo se permite tras cinco años de servicio y al cumplir los 25 años. Se exige un certificado de aptitud profesional o un título de bachillerato.
El entrenamiento de los Guardias Suizos es de carácter militar. Los guardias reciben instrucción en diversas disciplinas de artes marciales para mejorar sus habilidades de autodefensa. El uso y el mantenimiento de las armas de fuego forman parte integrante de la formación. Los guardias también reciben formación en el uso de armas de tiro para garantizar que están plenamente preparados para diversas situaciones de seguridad.