El Ambón

El Ambón

El Ambón hace parte del mobiliario sagrario de la Iglesia Cristiana desde hace su origen. El Ambón parece en su forma a un podio o púlpito, puede ser de diferentes medidas y realizado en diferentes materiales y, muy a menudo, decorado con adornos y decoraciones de solemne valor litúrgico.

En su forma más simple el ambón puede ser comparado a un atril, pero más frecuentemente tiene una estructura más amplia y compleja, parecida a la de un púlpito. La palabra “ambón” deriva del griego ambon, que significa “montaña” o “elevación”, refiriéndose a la montaña y a los montes desde los cuales Jesús enseñaba a la muchedumbre. También su nombre latín pergamon, lleva el significado de “lugar alto” y, de hecho, siempre hay uno o más peldaños para subir al ambón.

El ambón puede también tener columnas, en número simbólico. Cualquier sea su aspecto exterior, el ambón es la plataforma elevada desde la cual se leen las Escrituras y la Palabra de Dios. Nunca se predica sobre el ambón: para la homilía hay otro lugar, el púlpito.

Al ambón suben, durante la Celebración Litúrgica:

– El lector del Antiguo Testamento;
– El salmista que canta el Salmo Responsorial;
– El diácono que proclama el Evangelio.

El ambón es el lugar destinado a la Liturgia de la Palabra y por esta razón tiene que ser un objeto de grande belleza, tiene que llamar la atención de los fieles con su solemnidad y grandiosidad y tiene que ser adecuadamente iluminado. Desde el ambón, el lector, mientras que lee la Palabra de Dios, la ofrece a los fieles, trayéndola del Cielo a la Tierra; los fieles, por su parte, mueven con sus corazones hacia arriba, hacia quien lee la Sagrada Lectura, para acogerla con fe y esperanza.

Muy a menudo hay también velas y cirios encendidos alrededor del ambón, junto a flores y plantas ornamentales, para enriquecer aún más el ambón y embellecerlo. El ambón es así un elemento muy importante de la Iglesia, un monumento dentro de otro monumento, tanto que muchos artistas han sido llamados en el curso de los siglos para realizar ambones de grande magnificencia y valor.